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Las empresas agropecuarias se dedican a la cría de cualquier tipo de ganado, ya sea para su reproducción o engorde. Existiendo distintas clases de explotaciones dependiendo de su fin, nos vamos a centrar en aquellas que se dedican a una actividad mixta donde se produce tanto ganado como piensos o forrajes destinados a su venta.

En sucesivos post vamos a ver cómo deben tratarse los distintos aspectos clave a tener en cuenta para el cálculo del coste de los productos obtenidos en dichas explotaciones. En concreto, en este post vamos a tratar la valoración de los costes indirectos en dichas explotaciones.

La valoración de los costes indirectos suele hacerse a través de su localización en centros productivos o bien, como veíamos en el sistema de costes ABC, a través de actividades vinculadas a los mismos. Desde dichos centros o actividades se repartían con posterioridad a los distintos productos o servicios obtenidos. En el caso de las explotaciones agropecuarias la valoración de los costes indirectos se realiza vinculando los mismos a las actividades que los originan pero, sin pasar por centros de producción.

A modo de ejemplo, y usando actividades propias de dichas explotaciones tendríamos lo siguiente:

Como podemos ver, la empresa debe tener identificado a qué actividad se ha destinado cada gasto de la contabilidad financiera para hacer su valoración a la contabilidad analítica.

Otro aspecto a tener en cuenta, es que los consumos de las distintas materias primas usadas en el proceso productivo no se valoran e imputan de manera diferenciada de los costes indirectos sino que, en este tipo de explotaciones, dichos consumos deben tratarse como un coste indirecto más que habrá que valorarse de manera diferenciada.

Además, debemos prestar especial atención a la valoración de la amortización del ganado reproductor, sobre todo en cuanto a la valoración del coste de producción de dicho ganado, cuyo cálculo es objeto de los diferentes post que vayamos publicando.

Una vez valorados los costes indirectos estos deben repartirse a los distintos grupos de ganado o cabezas, obtenidas en cada parto. Para ello se usarán unidades de obra, repartiendo dichos costes a cada cabeza de ganado obtenida en función de dichas unidades.

A modo de ejemplo:

Los puntos a tener en cuenta son los siguientes:

• Los costes indirectos no se dividen por periodos mensuales, imputando a cada cabeza los correspondientes a sus meses. Se tomarán por periodos anuales o cercanos al año, con independencia de que unas cabezas hayan sido obtenidas en los primeros tres meses y otras en los meses posteriores.
• Los consumos de materias primas se valoran de manera separada y se incluyen como un coste indirecto más.
• La amortización del ganado reproductor se hace tomando el coste de producción, una vez terminado el periodo de crecimiento, y dividiéndolo entre los años de vida útil y las cabezas de ganado. Nos interesa el coste por cabeza y año.

En los siguientes post iremos viendo otros aspectos clave de cara a la valoración de los productos obtenidos en las explotaciones agropecuarias.